SEXUALITY

El amor consiste en dos soledades que se protegen, limitan y procuran hacerse mutuamente felices. –Rainer María Rilke.

Sexo con Amor y sin Amor

Sexo con amor o amor sin sexo, dos preguntas que nos podemos hacer en una sola frase, pareciera que buscamos desesperadamente encontrar la respuesta, y cuando nos enfrentamos a ésta y otras situaciones que tienen que ver con nuestro más grande tesoro… el amor, el dulce amor; también queremos que vaya acompañado de un saborcito picante, que pueda endulzar esos encuentros en la cama, o donde se te antoje, con una buena cantidad de picor y hasta algo de salado.

… o cuando el otro tesorito, también quiere que le den una buena zarandeada, como que no nos interesa tanto lo bello y romántico del amor.

Pero quién nos entiende, por un lado, deseamos el amor, eso que nos ilumina la vida, eso que nos abre las puertas del paraíso, y cuando ya está en nuestros brazos, ¡sorpresa! pareciera que empieza a verse algo aburrido.

No dudamos ni un segundo que el sexo cuando se acompaña del amor es una de las cosas más maravillosas que nos pudieran ocurrir. Sin embargo, algo a lo que no nos atrevemos es al sexo, por el sexo mismo.

Sí, a disfrutar de esos antojos que saltan en tu imaginación, aquello que muchas veces se reprime porque no es correcto en una persona decente, viviéndolo con una sonrisita nerviosa y algo picara. Quizás porque en casa siempre te dijeron que el sexo es para cuando te cases o que tiene que ser con el amor de tu vida, que eso merece respeto o que es un acontecimiento muy, muy especial.

No dudamos que así sea, pero cuantas veces quieres que se pierda el respeto y te vivas como esa fiera sexual que se guarda en tu piel.

Por la educación que se les brinda a las mujeres, principalmente, llegamos a escuchar palabras como: “que es de cualquieras dejarse llevar por la carne y sus deseos”, pareciera entonces que solo los hombres tienen el permiso de vivir el sexo más libremente, que ellos son quienes tienen que aprender a satisfacer a la mujer. Pero la pregunta que surge es, y ¿cómo rayos ellas aprenden, por correspondencia o por consejos de la abuela?

Tal parece que ellas son las que viven el sexo solo con amor, y no necesariamente el amor con sexo; esta tarea más bien ha sido adjudicada a los hombres. ¿Entonces? ¿Te llega a amar conociéndote en el sexo? o al revés.

Será que ellos tienen el permiso de ir por el sexo sin necesariamente tener amor, parecería ser, porque no lo viven como condición y se dan el chance de que solo se les antoje. Y ellas que pasaría si fueran por aquello que se les antoje sin necesariamente tengan que amar y abrir su corazón de par en par para disfrutar las mieles del placer, por el simple gusto.

Tradicionalmente se han censurado las conductas de hombre y mujeres, pero son constructos sociales que no hacen más que poner en los extremos a las personas, que nos hacen parecer enemigos, muy lejos de lo que en realidad deseamos y que muchas veces reprimimos. Eres una mujer con deseos, fantasías, con un cuerpo que está vivo y que reclama sí el amor, pero también el contacto con alguien que pueda desbordar su pasión contigo, sentirte deseada, elevar tu ego, sentirte una mujer con un cuerpo vivo dispuesto a compartirse. O eres un hombre, que también se enamora y desea demostrar sus emociones y sentimientos; y que igual puede estar esperando al amor de su vida, más no necesariamente al sexo.

Vivimos nuevos tiempos en los cuales se vuelve un compromiso estar contactado con nuestros pensamientos, emociones, nuestras sensaciones y deseos físicos; basta de reprimirte, ya sea en el amor o en el sexo, efectivamente, esa decisión solo a ti te pertenece. Seas hombre o mujer asume la responsabilidad de elegir como quieres sentirte al compartirte o no con alguien, abrir tu corazón o no.

Eres libre de decidir, las elecciones que tomes llevan la responsabilidad de hacerte cargo de tus emociones y de tu placer, para que no reclames si solo llega el amor con el requisito del sexo, o llegue el sexo dejándolo pasar de largo hasta que no muestre primero la tarjeta del amor.

Cuántas posibilidades han pasado frente a nosotras y nosotros, pero nuestros prejuicios, educación o lo que es peor nuestros miedos, muchas veces infundados, vedan nuestros ojos, y seguimos suspirando o deseando que Eros nos atrape de vez en cuando mostrándonos qué hay más allá. Por qué no te haces esta pregunta: ¿Qué pasaría si...?

Y qué te vamos a servir:

¿sexo con amor o amor sin sexo?